AMRSTRONG, Santa Fe. Por Daniel Vaca, enviado especial).- El shredlage forma parte de una nueva generación de crackers que está revolucionando el mercado ganadero. En AgroActiva -que se desarrolló días pasados-, el especialista Leandro Abdelhadi explicó la importancia del quebrado de granos en la alimentación animal.
LA GACETA Rural estuvo en la megamuestra del agro invitada por el Pool de Periodistas que coordina el periodista y médico veterinario, Daniel Valerio.
Hace poco más de tres años, la firma Claas ingresaba al país los primeros procesadores shredlage, una nueva tecnología desarrollada en Estados Unidos que fue comprada por la empresa alemana para uso exclusivo a nivel mundial de sus picadoras Jaguar (foto superior, a la derecha). Su capacidad para procesar granos con estado de madurez superiores al 50% de materia seca y la posibilidad de trabajar tanto en maíz como en sorgo, indistintamente, significó un salto cualitativo en materia de producción forrajera.
Hoy en día la Jaguar es una de las picadoras de forraje más vendida del mercado mundial y se presentó en AgroActiva como la auspiciante oficial del sector de “Acción Ganadera”. Allí, el público no solo pudo apreciar de primera mano las ventajas que otorga este innovador desarrollo en el procesado de granos, sino también participar de capacitaciones para poder sacarle el máximo potencial y confeccionar reservas de alta calidad.
El shredlage es un cracker que consiste en dos rolos dentados y calados con 110 y 140 estrías dispuestas en forma transversal (foto izquierda, abajo), respectivamente. Ambos giran a una velocidad diferencial de 35% entre ambos rodillos, mientras que la separación entre los rolos quebradores puede ser regulada de entre 1 a 3 milímetros. Esta disposición permite picar el cultivo con mayor porcentaje de materia seca cuando el grano alcanza el estado de madurez fisiológica, ya sea con el objetivo de confeccionar un silaje con mayor cantidad de energía o ampliar la ventana de trabajo.
“La calidad del forraje depende mucho de la relación grano/planta que tenga el cultivo: a mayor proporción de granos, se logra más rendimiento por hectárea. Porque el grano es la parte de la planta que tiene mayor materia seca y es la porción más digestible para el animal”, asegura Leandro Abdelhadi, asesor en nutrición y productor agropecuario que pasó por la exposición realizada en Armstrong para comentar las virtudes de esta nueva generación de crackers.
En ese sentido, en la medida que los granos sean más maduros, el crackeado se vuelve cada vez más importante. El grano seco tiene pocas chances de ser aprovechado por el ganado, porque el almidón contenido en su interior, que es la parte energética, no logra exponerse. Esto ha generado una incongruencia en el funcionamiento de los crackers, en general, ya que no se puede pretender un grano roto y un tamaño de picado grande. Hasta ahora, lo ideal era un cracker específico para cada cultivo: picado intermedio de acuerdo al tamaño de madurez del maíz y picado fino en sorgo.
Pero es esa la lógica que, justamente, vino a cambiar el shredlage con su innovadora tecnología.
“Este sistema de procesamiento permite que las partículas grandes que ingresan al crackeado de la máquina sean tocadas y desgarradas por los rodillos, que trabajan de forma más cerrada que en un cracker convencional aún con grandes volúmenes de material. De esta manera, el pedazo de tallo grande pierde su forma física, pero al mismo tiempo el nivel de lesión de los granos que se logra es superior”, apunta el especialista.
Desde su invención, hace ya una década, se hicieron numerosos estudios e investigaciones que avalan las ventajas que proporciona el shredlage en el cultivo de maíz. Pero por la forma en que el procesador funciona, la velocidad diferencial entre ambos rodillos, y el tipo de diente que tiene el cracker, se trata de una tecnología que puede obtener también excelentes resultados en sorgo. Y ese es el desafío que se planteó Abdelhadi desde hace ya tres años, con una serie de investigaciones que realizó en colaboración con la Universidad de Florida, Estados Unidos, y la firma Claas Argentina.
Para el ensayo se hicieron tres tratamientos con una longitud de corte de 15 milímetros: picado sin cracker, con multicrop cracker para sorgo y con el shredlage. “Comprobamos que este nuevo cracker permite lograr tan buena digestibilidad de la materia seca y del almidón como el cracker específico para sorgo (foto superior, izquierda). Pero además, logramos obtener una fibra más larga, con lo cual rompemos con otras de las problemáticas para el cultivo”, se entusiasma el experto en ganadería.
A este primer trabajo le sigue una nueva investigación que se está realizando en un campo experimental ubicado en Ranchos, provincia de Buenos Aires.
“Estamos alimentando 24 vaquillonas en corrales individuales, con dietas basadas en distinto silaje de sorgo: sin crackear, con cracker convencional y con el nuevo procesador. La idea es evaluar cómo impactó ese procesamiento, no en laboratorio sino ya con animales en pie”, relata.
Algunos resultados preliminares se pudieron ver en el sector ganadero de AgroActiva, y suponen una solución para muchos de los problemas que actualmente tienen los contratistas de nuestro país. La posibilidad de procesar ambos cultivos con eficiencia y lograr un silaje de calidad con el mismo cracker, supone una ventaja competitiva en el negocio. (Especial)